Domingo - Ezequiel
Saliste a presenciar
la despedida anaranjada del dia,
por la vereda que baja hacia el rio
vas con la firme decisión de no volver.
Dos mariposas se posaron en tus hombros
y te elevaron hasta verte volar.
-¿No ves que ahí tenés dos alas?- te decían,
-Ya es hora de que las empieces a usar-
Las hermanas te enseñaban,
a subir y a subir más allá.
Y sin querer una sonrisa,
te demostró que aún falta mucho más
mucho más
Las hermanas te enseñaban
a subir y a subir más allá.
Y sin querer una sonrisa
te demostró que aún falta mucho más
mucho más...